Los gatos al igual que todos los seres vivos, tienen actividades fisiológicas en las cuales encontramos la defecación y la micción. ¿Pero sabías que falta o las recurrentes idas al baño pueden indicar alguna patología?
Los gatos tienen un origen desértico, esto quiere decir que su organismo está adaptado para optimizar el agua obtenida de la naturaleza, ya sea por fuentes de agua o a través de pequeñas presas. Es por esto que los riñones de los gatos están adaptados para concentrar más la orina; esto significa que pueden estar varias horas sin consumir agua y por lo consiguiente orinar menos.
Se estima que un gato de forma normal orina 2-3 veces al día y defeca entre 1-2 veces. Pero esto depende muchas veces del consumo de agua y alimento diario. Cuando son gatitos (desde que nacen hasta las 5 semanas) son estimulados por la madre para orinar y defecar debido a que no tienen los reflejos completamente desarrollados, por lo tanto, es normal ver que orinen más veces al día o luego de cada comida (4 a 6 veces al día). A medida que van creciendo, se desarrollan distintas habilidades y una de estas es a ocupar la caja de arena o utilizar un lugar establecido para sus necesidades; junto con esto también regulan la cantidad de veces que comen y toman al agua al día por lo que se puede ver un cierto ritmo horario en la conducta.
Ahora, es importante tener en cuenta que existen diversas patologías que pueden afectar tanto a micción como la defecación. Entre estas encontramos:
-
Diabetes felina: el gato orina de forma abundante y reiterada, también se puede ver una excesiva necesidad de tomar agua.
-
Enfermedad renal crónica: el gato comienza a perder su capacidad de concentrar orina por lo que comienza a orinar más veces durante el día.
-
Cistitis: el gato orina varias veces, pero pequeñas cantidades, suele verse también vocalizaciones o dolor al orinar.
-
Obstrucciones uretrales: al tener mayor capacidad de concentrar la orina, los gatos son susceptibles a presentar cálculos en la vejiga, los cuales pueden obstruir la uretra y se podría observarse que se posicionan en la caja de arena, pero no pueden orinar.
-
Constipación: se produce una disminución en la defecación, que puede durar días; esto llevara a una impactación fecal la cual muchas veces puede requerir atención veterinaria.
-
Diarreas: se caracterizan por la mayor frecuencia y/o volumen de las deposiciones. Estas pueden indicar un problema gastroentérico, pero también pueden estar asociadas a enfermedades sistémicas, virales, parasitarias o bacterianas.
Como vez, existen varias causas que pueden alterar la conducta habitual de evacuar u orinar en nuestros gatos, por lo tanto, es importante saber y reconocer los signos que puedan estar demostrando que están cursando alguna patología.