Es bien conocida la imagen del gatito tomando leche de un plato, pero también está la creencia de que los gatos son todos intolerantes a la lactosa, ¿qué es lo correcto entonces?
Los gatitos desde su nacimiento hasta el destete (más o menos a las 6 semanas de vida) consumen de forma exclusiva leche materna. Durante esa etapa de lactancia, los gatitos tienen una alta cantidad de enzimas de lactasa (enzima que sintetiza la lactosa), a medida que van creciendo la cantidad de enzimas van disminuyendo y en algunos gatitos puede desaparecer; es por esto por lo que algunos de ellos pueden volverse intolerantes a la lactosa.
La falta de producción de lactasa no es igual en todos los gatos y hay algunos que siguen produciéndola en etapa de adultos, por lo que pueden consumir lácteos sin problemas. Pero generalmente ocurre lo contrario y son más los casos en que los gatos adultos no son capaces de digerir correctamente la lactosa y ahí es cuando se suele creer que el gato es alérgico a la leche. Y en este punto es importante diferenciar la intolerancia alimentaria de la alergia alimentaria.
La intolerancia se da cuando el cuerpo no es capaz de digerir un alimento, en este caso la lactosa que contiene la leche; en cambio la alergia alimentaria involucra procesos del sistema inmunológico, lo que desarrolla una hipersensibilidad y provoca una reacción alérgica cuando está en contacto con el alérgeno (la lactosa). Si bien la intolerancia a la lactosa es muy frecuente en gatos adultos, la alergia no lo es tanto.
Diferencias entre síntomas de alergia alimentaria e intolerancia:
Intolerancia a la lactosa
- Principalmente signos gastrointestinales
- Náuseas y vómitos
- Diarrea
- Hinchazón abdominal
Alergia a la lactosa
- Signos gastrointestinales y dermatológicos
- Prurito, alopecia, descamación
- Diarrea
- Vómitos
- Aumento en la eliminación de gases
- Otitis recurrentes
- En raras ocasiones problemas respiratorios
Como puede ver hay algunos signos que se repiten por lo tanto es importante que si ves alguno acudas al médico veterinario para que él pueda hacer el diagnóstico correcto.
El diagnóstico generalmente se realiza a través de la exclusión, esto significa sacar la leche de la dieta del felino y ver la evolución de los signos clínicos, pero si los signos son más severos pueden incluir exámenes de sangre.
El pronóstico generalmente es favorable si se elimina de la dieta el agente que causa la intolerancia, hay casos más complejos en donde el intestino puede verse dañado y necesitar de un tratamiento farmacológico.
En la actualidad no es necesario suplementar la dieta de los felinos con leche, ya que los nutrientes los adquieren de las dietas formuladas. Hay personas que la dan de forma de premio, pero como mencionamos anteriormente es más probable que un gato adulto sea intolerante y le estemos causando un problema más que un beneficio.