Los animales de compañía son un excelente “antídoto” contra la soledad no deseada, pues llenan ese vacío, y al mismo tiempo son una generosa fuente de beneficios psicosociales para las personas. Si bien son una gran compañía, necesitan de un cuidado permanente no solo físicamente, sino que, también psicológicamente. El estrés en los animales y especialmente en los gatos puede desencadenar diferentes patologías las cuales podrían llegar a comprometer la vida.
En psicología humana existe el denominado “Síndrome de Noé” el cual podría tratarse de una variante de la conducta acumulativa llamada “Síndrome de Diógenes”.
Este síndrome se define como el acúmulo de animales dentro de un domicilio, con el intento de incrementar su número y causando a veces en los animales un gran sufrimiento por el encierro y condiciones de vida impuestos, a fin de no perderlos o que se escapen, pero sin una atención adecuada, malas condiciones de higiene y a veces en ausencia de alimentación.
Las personas sufren de aislamiento social, rechazo de la ayuda externa y hostilidad ante el intento de acercarse. Muchas veces guardan las heces de los animales dentro del domicilio donde habitan e incluso mantiene los cadáveres por un tiempo indefinido.
En ocasiones el cuadro pasa desapercibido, y es conocida la figura de la persona que alimenta gatos y los lleva a su casa, interpretándose como una conducta en cierta forma altruista hacia los animales abandonados, dado que se produce un intercambio de afecto entre los mismos, viéndose esta conducta como más aceptada socialmente y hasta con cierta simpatía o comprensión ya que solo buscan compañía y afecto en los animales “adoptados”.
Estas personas tienen la necesidad compulsiva de poseer muchos animales, más allá del límite y tienen la creencia de que los está “salvando”, siguen recogiéndolos y llevándolos a sus hogares, y se oponen ferozmente a separarse de ellos.
El hacinamiento en los gatos puede causar distintas patologías que pueden poner en riesgo la vida del animal. Dentro de las patologías infecciosas podemos destacar:
- Calicivirus Felino (CVF)
- Herpes virus Felino
- Parvovirus felino
- Peritonitis infecciosa felina (PIF)
- Rabia
- Virus de Leucemia Felina (ViLeF)
- Virus de Inmunodeficiencia Felina (VIF)
En estos felinos también se puede ver el estrés, debido a la falta de alimentación, abrigo, recreación, protección y en caso extremo encierro y partos constantes. El estrés mantenido en el tiempo produce que se desarrollen problemas complejos como:
- Lamido compulsivo sobre todo las extremidades anteriores y siempre en el mismo punto desarrollando heridas o úlceras (la llamada dermatitis acral por lamido).
- Mutilación de la cola
- Agresividad y agresiones hacia sí mismo, objetos y/o personas o animales.
- Síndrome del animal enjaulado, es decir cumplir siempre el mismo movimiento en animales confinados en jaulas, caminando de un lado a otro de la jaula.
Por último, se debe destacar que este síndrome es un problema contemporáneo, que en la actualidad se debe tratar de forma integral con la ayuda constante de veterinarios, municipalidades, fundaciones y lo más importante con el apoyo psicológico; esto con el fin de mejorar las condiciones de vida de los animales y de la persona que padece el problema.