Es importante conocer que el tener que dejar a un gato en un Hospital o Clínica es siempre una situación de estrés tanto para el gato como para el dueño. En esta condición se debe evaluar cuáles serán los beneficios v/s las desventajas. Existen patologías que necesariamente tendrán un manejo inicial en un hospital para que luego su propietario pueda continuar en casa.
Al regreso a su hogar, los gatos por lo general desconocen inicialmente su rutina, se esconden bajo los muebles y las camas, comen menos, no dejan que los acaricien y están todo el tiempo escondiéndose para evitar que los tomen y les den medicamentos. Ellos piensan que cada vez que su dueño se acerca a ellos es para recibir un manejo que esté relacionado a su enfermedad.
Cuando los gatos vuelven a su hogar debemos permitir que ellos exploren su casa poco a poco, es decir abrir su caja de transporte para que salgan lentamente y vuelvan a establecer que es su hogar. Es importante hablarles y acariciarlos permanentemente y no solo acercarse a ellos para dar medicamentos.
No cambie su alimento, en esta etapa puede regalonear a su gato con lo que le guste, aun cuando no sea lo más saludable. A medida que pasen los días vuelva a incorporar su alimento normal.
Distancie la administración de medicamentos de la alimentación y no realice manejos bruscos para poder administrarlos.
Es fundamental que los gatos lleguen a su rutina diaria lo antes que se pueda, así el éxito de la terapia obtendrá los frutos positivos que se buscaron desde el inicio de su hospitalización.
El tiempo que demoran a volver a su normalidad es variable y también dependerá del carácter del gato y de la interacción que tenga a él con su dueño. Los gatos más tímidos se incorporan más lentamente.
Sea paciente. Pronto lograra que su gatito vuelva a la rutina.