La otitis corresponde a la inflamación de las estructuras destinadas al sentido de la audición como son el conducto auditivo, tímpano (membrana encargada de recibir las señales del sonido), oído medio e interno. Existen dos tipos de otitis: la externa, que compromete a las estructuras como el pabellón auricular externo (oreja) y al conducto auditivo hasta el tímpano, y la interna, que compromete al oído medio e interno.
Los gatos pueden sufrir de ambos tipos de otitis, pero las más frecuentes son las otitis externas. Las causas son diversas, destacando las infecciosas y parasitarias como ácaros, bacterias y hongos. Son poco frecuentes las de origen traumático como también las causadas por tumores, cuerpos extraños o por causas físicas.
Las otitis más importantes en los gatos son las generadas por parásitos, principalmente por ácaros, que son los agentes que generan las sarnas. Se le llama “Sarna de la oreja”. Los gatitos se contagian desde sus madres durante el periodo de lactancia, o también por el contacto con otros gatos infectados en guarderías, tiendas, hoteles, etc.
Los gatos muestran incomodidad en forma general, hay rasquido permanente en las orejas, cabeza y cuello. Los gatos muestran lesiones en la piel de cabeza y cuello, con costras. Muchos inclinan la cabeza hacia los costados y presentan dolor permanente. En ocasiones se producen hematomas en las orejas por el excesivo rasquido. Al observar las orejas hacia el interior se puede encontrar costras de un color café, sin un olor importante. Al ser revisado por el Médico Veterinario, el cual utiliza un instrumento llamado otoscopio, se puede establecer el diagnóstico, debido a que es posible observar pequeñas estructuras (de color blanquecino) que se mueven rápidamente al ser iluminados por el aparato. Cuando la carga parasitaria es muy alta, es posible observar esos pequeños microorganismos caminando por las orejas, cuello y cara.
El médico veterinario puede tomar muestra de esas costras y enviar al laboratorio para reconfirmar el diagnóstico definitivo. Se describe que es contagiosa para otros animales y potencialmente a las personas.
Posteriormente a tener el diagnóstico el doctor realizara el tratamiento correspondiente. En la actualidad el tratamiento es efectivo y seguro para los gatos y las personas.