Como bien lo hemos explicado otras veces, los gatos tienen varias diferencias con los perros. Una gran diferencia es la forma en la que demuestran el mal estar o los signos que presentan frente a diferentes estímulos o enfermedades.
Una diferencia importante de comprender es que, a diferencia de los perros; los gatos NO jadean ni respiran por la boca, y cuando lo hacen suele ser un signo del cual debemos preocuparnos o al menos llamarnos la atención.
Ahora, es importante saber diferenciar el jadeo del reflejo de Flehmen. Durante este reflejo, los gatos mantienen la boca abierta con el labio superior elevado y se produce cuando perciben los olores nuevos por la boca y los movilizan con la lengua hacia el órgano vomeronasal u órgano de Jacobson, el que se encuentra entre el paladar y las fosas nasales. Gracias a este reflejo el gato es capaz de analizar olores que les llamen la atención o son percibidos por primera vez, por ejemplo, feromonas de otros gatos.
Además, hay gatos que pueden presentar jadeo luego de un juego extenuante o situaciones estresantes como, la ida al veterinario, paseos en autos, días de mucho calor o a la manipulación. Aunque no es lo normal que ocurra.
Por lo tanto, cuando un gato jadea, también podríamos pensar en una alteración respiratoria como el asma felino o neumonías y también puede ser una afección cardiaca como la insuficiencia cardiaca congestiva. En algunas patologías bucales como la gingivitis, fractura de mandíbula o cuerpos extraños en la boca causan dolor y jadeo por parte de gato.
La anemia, que corresponde a la disminución de glóbulos rojos en la sangre, también puede causar jadeo en los gatos, debido a que la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos periféricos no es el suficiente, haciendo que el gato respire más rápido y por la boca.
Si observas alguno de los síntomas mencionados, no dudes en acudir a tu médico veterinario para recibir la orientación necesaria.