El sentido del olfato está muy desarrollado en nuestros gatos, tanto es así que podría decirse que es el sentido más importante para esta especie. Su cavidad nasal presenta más de 200 millones de células olfativas, siendo el doble de lo que presentan los humanos.
Cuando a los gatos se les ofrece comida, lo primero que hacen es olerla, si ésta no es percibida con un olor agradable y atractivo para ellos, estos no comerán por más hambre que puedan tener. Esto es una de las principales dificultades a las cuales se puede ver enfrentado un tutor una un médico veterinario, al tratar de alimentar a gatos que presentan enfermedades que afecten el sentido de la olfacción ya que los gatos no querrán comer sin antes poder percibir el olor de su alimento.
La dieta natural de los gatos es carnívora, los vegetales casi no son interesantes para los gatos. En la naturaleza, los gatos utilizan su olfato para situar su presa, para identificar su territorio de otros gatos, para explorar y evaluar el entorno y también su comportamiento sexual.
Los gatos aprenden rápidamente a diferenciar los olores, desde muy temprana edad utilizan el olfato para reconocer a su madre y a sus hermanos. También el sentido del olfato los orienta a poder amamantar desde el mismo lugar siempre (la misma glándula mamaria siempre) .
Cuando los gatitos salen del lado de su madre, la experiencia de los nuevos olores los llevará a describir un nuevo mundo. Con sus mejillas depositan sustancias llamadas feromonas que son parte del fenómeno de comunicación de los gatos y así realizarán también la delimitación de su entorno.
El sentido del olfato de los gatos debe ser muy respetado por los humanos, ya que el estar en un lugar con olores fuertes como con desinfectantes u olores cítricos, desagradará a nuestros gatos y se sentirán incómodos ya sea en sus casas o clínicas veterinarias. Para tener un lugar seguro y amigable de los gatos, los olores son un pilar fundamental para lograr entregar un ambiente saludable y amigable o cat friendly a los gatos.