Se considera como gato adulto a partir de los 7 años. Las enfermedades más frecuentes de encontrar en esta etapa de vida son las no infecciosas y dentro de ella la principal la constituye la enfermedad renal crónica y el hipertiroidismo. Otro tipo son las que afectan a la boca como la enfermedad periodontal y la resorción dental. En la enfermedad renal crónica (ERC) el riñón evidencia alteraciones que comprometen las funciones de ese órgano. Dentro de las principales se encuentra la eliminación de desechos tóxicos, la reabsorción de componentes esenciales como las proteínas y los azúcares, generación de productos como la eritropoyetina necesaria para la producción de eritrocitos (glóbulos rojos), regulación del equilibrio hídrico y electrolítico, entre otras. Los gatos con ERC tienen como signos la disminución de apetito, baja de peso, vómitos, decaimiento, deshidratación, debilidad, anemia, etc. Normalmente es una enfermedad progresiva e irreversible, pero que en muchos gatos se estabiliza y viven con una calidad de vida buena por un tiempo de meses a años.
El hipertiroidismo es una enfermedad endocrina en donde se ven alterados los niveles de hormonas tiroideas, es frecuente en gatos adultos en adelante y los principales signos clínicos de son disminución de peso, vómito frecuente, deshidratación, soplo cardiaco e hipertensión sanguínea (aumento en la presión sanguínea), etc. La enfermedad periodontal y la resorción dental son las patologías bucales más importantes en este período de la vida. Se describen factores predisponentes como el tipo de alimentación y el inapropiado cepillado dental, lo anterior se suma a la presencia de bacterias y al propio ambiente de la cavidad bucal. En ambas enfermedades se observa pacientes deshidratados, con dolor bucal, baja de peso y lesiones en la boca tales como gingivitis (inflamación de la encía), tártaro o sarro dental, salivación excesiva, halitosis (mal olor), piezas dentales con movilidad y la pérdida de piezas dentales. La prevención es fundamental en este período de la vida, para ello se recomienda efectuar controles veterinarios 2 veces al año con sus respectivos exámenes, con lo cual se monitorearán las principales afecciones y se podrá manejar apropiadamente y en el tiempo óptimo.