La relación entre humanos y felinos se estructura según el grado de “proximidad” o “vínculo”. Los extremos de este vínculo oscilan desde un gato que vive todo el tiempo dentro de una casa o departamento y depende exclusivamente de su propietario para obtener todas sus necesidades, hasta el gato que hace su vida de manera totalmente independiente, y evita siempre el contacto humano. Estos extremos se denominan gato doméstico de vida completamente indoor y gato feral o nacido salvaje respectivamente.
Entre medio de estos dos extremos encontramos gatos domésticos con acceso al exterior (estilo de vida outdoor) y gatos que conviven con humanos sin vivir en sus casas. Estos últimos son gatos generalmente sociables, cuidados y alimentados por personas en un grado variable, y que denominamos gatos callejeros, gatos urbanos o gatos de colonia.
Debido a que tanto los gatos abandonados como los callejeros coexisten dentro de la misma colonia, el término comunidad de gatos suele ser usado para referirse a todos aquellos que viven al aire libre más allá de su estado de sociabilización.
Un animal comunitario es definido como un animal que no tienen un dueño en particular, pero es cuidado por una comunidad o grupo de personas, según la ley de “Tenencia responsable de mascotas y animales de compañía” 21.020. Es importante destacar que dentro de esta Ley no se aborda de forma tajante las acciones a tomar frente a gatos comunitarios como sí lo hace con los perros comunitarios, entendiéndose la diferencia entre un gato feral y uno doméstico, pero sin casa.
Algunas de las acciones que se pueden recomendar para tener con los gatos callejeros o comunitarios son:
- Realizar consultas con un médico veterinario para poder determinar si éste tiene alguna enfermedad pre existente o alguna enfermedad viral que tenga que ser tratada.
- Manejo de la tasa de natalidad: Verificar que los gatos estén esterilizados, de no estarlo se puede optar a cirugías gratuitas financiadas por distintas Municipalidades.
- Manejo zoosanitario: Realizar un manejo sanitario con antiparasitarios externos e internos. Hoy en día existen en el mercado diferentes productos para este procedimiento y hay algunos que cumplen ambas funciones que se están en presentaciones en forma de pipeta (que se aplican sobre la piel) y no es necesario abrirle la boca al gato para dar un comprimido.
La colocación de las vacunas debe ser realizada por un médico veterinario el cual evalúa el estado de salud general del animal. Según la ley todos los animales domésticos deben ser vacunados contra la rabia para así disminuir la población susceptible.
Si bien estos son algunos de los manejos que se pueden realizar en gatos comunitarios, siempre se debe buscar como fin la reubicación o adopción, para que pueda tener una buena calidad de vida sin los peligros a los que se puede enfrentar estando en la calle.