La mayoría de los gatos llegan a un hogar cuando son pequeños, esto es porque las personas prefieren a los gatitos, los que son más atractivos para los niños y para los adultos y porque los dueños de mascotas piensan que es más fácil tener un gatito que un gato en etapa de adulto. Sin embargo, existen personas que prefieren tener un gato en esa etapa, dando una oportunidad a aquellos animales abandonados, o a los que han quedado sin dueño (por el fallecimiento de su propietario, por estar imposibilitado de cuidarlos o por viaje).
El adoptar un gato adulto puede ser un poco más difícil al inicio de este periodo, debido a que los gatos tienen una conducta natural de territorialidad, lo cual hace que al llegar a un nuevo lugar deberán adaptarse y además tendrán que delimitar las diferentes áreas dentro de casa, reorganizando el lugar para dormir, comer, descansar, jugar y para ir a su caja de arena.
Se describen una serie de beneficios por tener gatos en los hogares, estos se relacionan principalmente a que contribuyen a disminuir la carga de estrés y ansiedad que presentan las personas, sobre todo en niños, adultos y en individuos con enfermedades crónicas. También, pueden entregan un ambiente tranquilo y estimulador, junto con compañía y un sentido de responsabilidad. Además, se ha observado que aumenta la autoestima y por su puesto se generan fuertes lazos de afecto y aceptación de una mascota.
Dentro de las ventajas destacadas en adquirir gatos adultos se menciona que es menos probable que sus dueños reciban rasguños o arañazos, debido a que estos son generados más por gatitos ya que ellos son más activos y tienden a jugar con las manos de sus propietarios o a practicar la actitud de caza, lo cual puede ser complicado para niños, ancianos o personas con un sistema inmune deprimido. Es importante recordar que algunos gatos son portadores de la bacteria que genera la enfermedad del arañazo del gato (Bartonella henselae), que afecta principalmente a las personas inmunodeprimidas o con tratamientos inmunosupresores o antineoplásicos. En el caso de los gatos, muchos de ellos son asintomáticos lo cual significa que no generan signos de enfermedad.
Sumado a lo anterior, los gatos adultos, por lo general son menos mordedores que los gatitos, todo esto siempre que sea un gato sociable y que acepte el contacto con las personas. Las mordidas de gatos, muchas veces generan infección en el sitio de la mordida debido a que hay distintas bacterias que se encuentran en la cavidad bucal de ellos.
Los gatos adultos normalmente son menos activos y duermen gran parte del día, alrededor de unas 17 a 18 horas, lo cual es más agradable para las personas adultas o mayores.
Finalmente otro punto importante, está relacionado a que los gatos adultos tienen una escasa posibilidad de transmitir un parásito llamado Toxoplasma gondi, el cual puede contagiarse por medio de las fecas. El ciclo parasitario presenta varias etapas y se describe que la eliminación a través de las fecas ocurre principalmente en gatitos con diarrea y es muy raro que se observe en un gato adulto, y que por lo tanto es poco probable que lo transmita de esta forma. Un gato adulto puede presentar una fase visceral o muscular, por medio de la cual las personas no se contagian a menos que consuman sus vísceras o la carne. Es importante recordar que la principal forma de transmisión del Toxoplasma sp. para las personas, es por la manipulación de carnes crudas o el consumo de ellas, consumo de verduras lavadas inapropiadamente o por actividades de jardineo.
Los invitamos a recibir o adoptar gatos adultos, ya que ellos necesitan una oportunidad, entregan cariño y necesitan amor.