El ojo es un órgano que se compone de diferentes partes, el iris es la parte que le da el color al ojo, en el centro encontramos la pupila que es de color negro y que puede cambiar de tamaño (expandirse o contraerse). La pupila es un orificio que permite la entrada de luz al ojo, la luz es el estímulo que llega al cerebro para permitir la visión.
En la mayoría de las especies la pupila es redonda, sin embargo, en los felinos la pupila tiene una forma “rasgada”, esto es debido a los hábitos nocturnos de caza que tiene esta especie. La forma rasgada que tiene la pupila de los gatos les permite un mayor control sobre la cantidad de luz que entra al ojo. Es común ver a felinos en la noche con la pupila abierta (o redondeada) completamente hacia los lados, esto les permite que entre la mayor cantidad de luz y tener una excelente visión nocturna.
Además de ser una herramienta para su estilo de vida, los ojos del gato entregan información.
Dependiendo de cuan abiertos estén los parpados y la forma de la pupila, esto nos puede ayudar a comprender el lenguaje corporal de los felinos.
El tamaño de los ojos puede indicar diferentes estados de ánimo de los gatos, por ejemplo, el contacto visual prolongado con los ojos abiertos entre dos gatos puede ser tomado como amenaza e intimidación, mientras que el parpadeo lento de los dos ojos al mismo tiempo es conocido como el “beso del gato” y es una forma de comunicar que el gato está tranquilo o cómodo.
En cambio, el tamaño de las pupilas de los gatos puede variar por factores externos, como es la falta o exceso de luz, pero también pueden cambiar por factores internos o emocionales, miedo, excitación, agresividad (pupilas dilatadas) o placer pueden provocar que la pupila se contraiga y quede de forma vertical. Las pupilas dilatadas pueden indicar sorpresa, defensa y también miedo ante algo desconocido. Existen diferentes enfermedades que pueden alterar la funcionalidad normal de los ojos en los gatos, incluso se puede comprometer la integridad del globo ocular o la visión, lo cual puede afectar el estilo de vida del gato. Por eso ante cualquier cambio de tamaño, secreción o color debes acudir al médico veterinario.