Lo gatos pueden vivir muchos años, por lo general lo hacen en promedio 20 a 23 años. Los gatos son más longevos que los perros ya que estos pueden vivir en promedio 12 a 15 años dependiendo de la raza.
Los gatos comienzan a ser geriátrico a partir de los 15 años, esto sería equivalente más o menos a 78 años de un humano.
Se describen gatos que han vivido 31 hasta 38 años.
En la actualidad la esperanza de vida de los gatos ha aumentado debido a una serie de condicionantes, como la menor presentación de enfermedades las que han podido prevenir o manejar. Los dueños de gatos asisten a las Clínicas con sus mascotas no solo cuando hay enfermedades sino también para prevenirlas utilizando vacunas, antiparasitarios y efectuando con la mayor práctica de castración. Esto último ha colaborado a disminuir la cantidad de enfermedades que se transmiten vía mordedura y por saliva, como también la controlar la cantidad de animales que vagabundean o no tienen dueños.
Además, los propietarios han logrado comprender que los gatos con estilo de vida Indoor tienen una mejor calidad de vida, porque se evita la posibilidad de accidentes, atropellos, peleas, además de tener menor factibilidad de contagio de enfermedades. Otro punto importante es que podemos entregar una nutrición balanceada y es posible estar al pendiente de los cambios de rutina y salud de sus mascotas.
En la actualidad existen especialistas que están dedicados a la salud de los gatos geriatras permitiendo que se manejen y controlen enfermedades prevalentes a esta edad como lo son la enfermedad renal crónica, diabetes mellitus, hipertiroidismo, cáncer entre otros. Todas las cuales que si se manejan apropiadamente permitirán tener una calidad de vida apropiada y así tener gatos geriatras en buenas condiciones.
Si tu gato presenta alguno de los síntomas anteriormente mencionados antes de llevar al médico veterinario puedes realizar las siguientes maniobras:
- Llevar al gato a un lugar fresco donde pueda bajarle la temperatura.
- Aplicar frío en zonas estratégicas; cuello, cabezal, axilas e ingle. De esta forma se enfría la sangre que va hacia el cerebro.
- Colocar al gato bajo un chorro de agua (no debe estar extremadamente fría o muy tibia). Debes sacarlo cuando veas que comienza a respirar de forma normal.
- Si es necesario bajar la temperatura rápidamente puedes colocarlo cerca de un ventilador colocando cubos de hielo cerca (siempre envueltos para que no vayan a producir quemaduras)
Nunca debes obligar al gato a beber si está en estado de shock o sufriendo un golpe de calor, podría ahogarse al no estar completamente consciente.